Trece rosas rojas, la historia más
conmovedora de la guerra civil, es una novela histórica de 2004 por el
periodista y escritor Carlos Fonseca.
Carlos López
Fonseca (Madrid, 1959) es periodista y escritor. Trabajó en la revista Tiempo durante dieciocho años, de la que fue jefe de Actualidad
hasta mayo de 2009. En diciembre de 2005 recibió el premio a Periodista del
Año, otorgado por la
Asociación de Revistas de información (ARI). Desde 2009,
trabaja en la redacción del diario digital El Confidencial.
Otros libros
pertenecientes a este mismo autor son Garrote vil para dos inocentes. El
caso Delgado-Granados (1998); Rosario Dinamitera. Una mujer en el frente
(2006) y su última obra “Tiempo de memoria” (2009). Todas ellas sacadas a la
luz por la editorial Temas de Hoy (Planeta).
Trece rosas rojas
Trece jóvenes mujeres,
entre las cuales se encontraban siete menores de edad, fueron fusiladas la
noche del 5 de agosto de 1939 por una idea, como ellas repetían una y otra vez:
eran “rojas”. Pero no fueron las únicas fusiladas bajo el régimen franquista,
pues muchos ciudadanos españoles también perdieron la vida por defender sus
ideas frente al régimen victorioso.
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Carmen
Barrero Aguado (20 años, modista). Trabajaba para mantener a sus ocho
hermanos, cuatro menores que ella, debido a la muerte temprana de su padre.
Militante del PCE, tras la guerra, fue la responsable femenina de dicho partido
en la capital. Por lo que fue detenida el 16 de mayo de 1939.
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Martina
Barroso García (24 años, modista). De ella se conservan las cartas que
escrbió desde prisión. Fue detenida debido a su participación en la JSU recogiendo armas
abandonadas en Ciudad Universitaria, acto totalmente prohibido.
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Blanca
Brisac Vázquez (29 años, pianista). La mayor de las trece rosas. Aún se
conserva la carta que escribió a su hijo minutos antes de morir como despedida.
No militaba en el partido comunista pero fue detenida por relacionarse con un
músico perteneciente al mismo. Su ideología se acercaba más a la derecha, al
igual que sus familiares.
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Pilar
Bueno Ibáñez (27 años, modista). Fue detenida el 16 de mayo de 1939 al
encargarse de la reorganización de PCE tras la guerra. Durante la misma trabajó
cuidado a los huérfanos e hijos de los milicianos que acudían al frente.
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Julia
Conesa Conesa (19 años, modista). Fue detenida en mayo de 1939 siendo denunciada
por un compañero de su "novio". La detuvieron cosiendo en su casa,
pues ella ya no tenía relación con la
JSU una vez terminada la guerra. Entes de la misma solo se
apuntó a las actividades deportivas de la organización, y durante la misma
trabajó en el tranvía para conseguir dinero para sobrevivir debido a la
necesidad.
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Adelina
García Casillas (19 años, activista). Se presentó en la comisaría de manera
voluntaria en respuesta a una carta que la solicitaba para un interrogatorio,
ingresando en prisión el 18 de mayo de 1939.
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Elena Gil
Olaya (20 años, activista). Ingresó en las JSU en 1937. Al acabar la guerra
comenzó a trabajar en el grupo de Chamartín, una de las nuevas organizaciones
del partido.
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Virtudes
González García (18 años, modista). Amiga de María del Carmen Cuesta (15
años, perteneciente a las JSU y superviviente de la prisión de Ventas). Fue
delatada por un compañero de la organización sometido a graves torturas, y por
ello detenida.
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Ana López
Gallego (21 años, modista). Tuvo oportunidad de escapar, pues su novio le
propuso huir con él a Francia. Sin embargo, ella se quedó para ocuparse de sus
hermanos menores. Fue militante de las JSU y quedó detenida el 16 de mayo, pero
no ingresaría en prisión hasta el 6 de Junio. En el libro queda reflejada la
leyenda de que en el fusilamiento no murió en el primer tiroteo y preguntó
"¿Es que a mí no me matan?".
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Joaquina
López Laffite (23 años, secretaria). Fue delatada por Severino Rodríguez,
un dirigente de la JSU
sometido a grandes torturas. La
detuvieron el 18 de abril de 1939, acusada de apoyar el partido comunista, pero
jamás supieron el papel tan importante que después de la guerra ocupó en la
nueva organización. Ingresó en ventas el 3 de junio.
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Dionisia
Manzanero Salas (20 años, modista). Ingresó en la JSU tras el asesinato de su
hermana debido a un misil de guerra. Fue detenida el 16 de mayo de 1939, por
ser enlace del partido tras la guerra.
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Victoria
Muñoz García (18 años, activista). Se afilió a los años, hermana del responsable militar de uno
de los sectores de la nueva organización. Ingresó en la prisión de Ventas el 6
de junio.
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Luisa
Rodríguez de la Fuente
(18 años, sastre). Fue detenida antes de poder ejercer su cometido: crear un
nuevo grupo tras la guerra para la reciente reorganización de la JSU. En su detención
reconoció su militancia durante la guerra, pero no reconoció su cargo actual en
el partido.
* Viendo las edades
de estas trece jóvenes podemos pensar que no había menores, pero en aquella
época la mayoría de edad se alcanzaba con 21 años.
La muerte injusta
de estas pequeñas mujeres supuso un golpe fuerte no solo para sus familiares,
sino también para las presas que veían que ser mujer y menor ya no les iba a
salvar de la muerte.
Placa conmemorativa a las Trece Rosas en el muro del cementerio de la Almudena de Madrid. |
Angustia, sangre,
desesperación, vidas, muertes, huidas, luchas… este libro narra cómo se vivió
la guerra civil en España, sobre todo desde el punto de vista de estas trece
jóvenes.
Es una novela
totalmente desgarradora, pero muy buena en cuanto a la realidad de los hechos.
Para todas aquellas personas que quieran conocer cada uno de los detalles
sucedidos en la guerra civil, esta es su novela.
El autor, muy fiel
a los hechos, va contando el día a día de cómo se vivió la situación desde
ambos puntos de vista, pero sobre todo desde el punto de vista de los “rojos”.
Siempre de una manera imparcial, referenciando en cada momento todos los datos
obtenidos por parte de los juzgados, los conocidos, familiares y/o amigos de
las víctimas.
Por ello, es un
buen libro para conocer como sucedió la historia pues las referencias y los
apuntes que el autor hace en cada página te hacen ver que no solo es una novela
de entretenimiento, sino que es una novela histórica, eso es.
Carlos Fonseca se
centró en la historia de estas trece jóvenes, creando un testimonio de
investigación que pone los pelos de punta.
La historia del fusilamiento de las jóvenes, siempre había
corrido de boca en boca, despertando sentimientos contradictorios en todo aquel
que la escuchaba. Esto supuso un incentivo más para que Carlos Fonseca se
inspirara en escribir este libro.
Desde mi punto de
vista, lo que más llama la atención del libro son las cartas que las presas
escriben a sus seres queridos. Cada
palabra que las jóvenes escriben, demuestra aún más la
valentía ante el mal que se les avecinaba…
Con lo jóvenes que eran, la poca edad que tenían, muestran lo files que eran a sus ideales, lo maduras que son debido a la vida que han
llevado, nada fácil. En un época en la que pagaban justos por pecadores. ¿Fueron
justos estos asesinatos, solo por unas ideas? Yo creo que no. No eran asesinas,
no eran ladronas… eran jóvenes que defendían en lo que creían a pesar de la adversidad,
¿era necesario pagarlo con la muerte?
Este libro tuvo
tanto existo que en 2006, Emilio Martínez Lázaro comenzó el rodaje de una película
protagonizada por Pilar López de Ayala, Verónica Sánchez y Nadia de Santiago. Película
llamada Trece Rosas, estrenada el 19
de octubre de 2007. Fue preseleccionada por la Academia del Cine
española como posible candidata a los premios Oscar de Hollywood, sin conseguir
ser finalmente la elegida para representar a España.
No soy de leer libros históricos, pero he de reconocer que este me ha hecho replantearme las cosas. Es un buen libro, de eso no hay duda.
"Que mi nombre no se borre en la historia"
Nota: 7.5